Ya había leído la primera novela de esta autora La casa de los amores imposibles, y como
decía en la reseña que realicé hace tiempo, me gustó… pero no llegó a cuajar.
Con esta novela lo hace mejor, ha madurado… pero sigue sin llegar a emocionarme
totalmente.
Sinopsis oficial:
Una maravillosa novela que rescata toda la magia, la riqueza y la tradición de Galicia, una tierra rebosante de misterio y belleza.
«Así somos las Mencía, niña, apréndelo cuanto
antes, o eres loca o reina o santa o borracha.»
Cuando Valentina se queda huérfana a los once años, se ve obligada a atravesar el océano desde su Habana natal a la Galicia de sus antepasados para quedar al cargo de su abuela, Bruna Mencía, marquesa de Novoa. La matriarca la recibe en su solitario, decadente y majestuoso pazo y comienza a educarla para convertirla en la heredera de la dinastía.
Valentina conocerá a través de Bruna la convulsa historia de su familia y cómo la salvaje estirpe de las mujeres Mencía, criadas por la naturaleza en las profundidades del bosque gallego, se unió a la aristocrática dinastía de los Novoa, la más rica de la región. Las historias de amor y poder entre ambas familias, que han pervivido durante muchos años, marcarán el destino de Valentina, que tendrá que decidir si continúa o no con ese linaje, extraño para ella, plagado de intrigas y culpas secretas.
Una prodigiosa historia de tradición y modernidad, de civilización y barbarie,
de espíritus y profecías, de grelos y camelias, de reinas y santas, de meigas y
lobas, en la que los personajes se debaten entre tomar los caminos escogidos
para ellos o elegir libremente su propio destino. Una maravillosa novela que
recoge toda la magia y el misterio de una tierra de leyenda.
Impresión personal:
Valentina llega al pazo
gallego de los Novoa tras la muerte de su madre en Cuba. Tiene once años y
no conoce Galicia ni a su abuela Bruna que será la que se haga cargo de ella.
Al llegar al pazo Valentina está desconcertada, tanto por la tierra tan fría,
tan “brumosa”, como por su abuela que parece una anciana un tanto distante y
lejana. El paso de los días hará que Valentina vaya conociendo la historia y a
su peculiar familia…
La novela transcurre en Galicia y nos cuenta la historia de
las mujeres Mencía, pobres y analfabetas, que acabarán coincidiendo con los
Novoa, marqueses, ricos y elegantes… Mujeres
fuertes, “locas, borrachas, santas o reinas”, como le dice Bruna a su nieta
Valentina.
En esta ocasión no sólo las mujeres tendrán un carácter
fuerte, algo que caracteriza la literatura de López Barrios, sino que también
encontraremos un hombre con carácter que no teme a nada, José Novoa, e incluso
su hijo Jacinto también tiene una personalidad bastante peculiar. Todos los
personajes están muy bien retratados, con una personalidad definida y
característica… En definitiva serán los personajes los que caractericen esta
novela, aunque el bosque y su “magia” también juegan un papel muy importante.
El estilo de narración de Cristina es un tanto singular… ya
lo comenté en la anterior reseña. En esta mejora bastante, no he llegado a
sentirme perdida como en la ocasión anterior, pero tiene sus peculiaridades,
como hacer saltos en el tiempo sin que
te lo esperes en medio de una conversación, por ejemplo; o narrarte un diálogo en forma de narración (la
redundancia ha sido buscada), sin utilizar los guiones… Pero no son obstáculos
para disfrutar del estilo narrativo de la autora.
El narrador es una combinación de narrador omnisciente y en
primera persona (ya he comentado que realiza saltos en el tiempo en el momento
más inesperado… y esos flashbacks son los que Bruna utiliza para narrar su
historia)
En cuanto a la novela tengo que deciros que una de las tramas era totalmente previsible,
por lo menos yo lo adiviné enseguida, pero no ha sido óbice para que no
siguiera leyendo.
No sé si ha sido porque la primera parte la he leído a
trompicones (disponía de poco tiempo y leía en los pequeños ratos que disponía)
o si es que mejora en la segunda parte, pero lo cierto es que en esta segunda
mitad he sentido que la historia comenzaba a tener más enjundia…