Armadale de Wilkie Collins

Armadale / Wilkie Collins. — Editorial Maoi

Otra nueva novela de Collins, ¡vaya si me he aficionado a él! Y para una nueva premisa del reto de Todos los clásicos grandes y pequeños, en Clásico en cuyo título aparezca el nombre de un personaje. Y en este caso no solo de uno sino de ¡cinco! Ahí lo dejo.

Sinopsis oficial:

Wilkie Collins, considerado por muchos como el padre de la novela policíaca y de intriga moderna, nos ofrece en "Armadale" una de sus novelas más completas y una de las cúspides de su obra. En 1832, en un balneario alemán, un hombre llamado Allan Armadale, ya en su lecho de muerte, confiesa que muchos años atrás mato a un hombre que llevaba su mismo apellido: un hombre que fue su amigo y luego su enemigo y cuya muerte le ha pesado y perseguido toda su vida. Ahora, en su testamento, le deja a su hijo una grave advertencia: debe mantenerse apartado del hijo del otro Armadale o una maldición caerá sobre ellos y la tragedia volverá a repetirse. Pero veinte años después, a pesar de las advertencias del padre, ambos jóvenes, hijos de la víctima y el verdugo vuelven a encontrarse, se harán amigos, y, una vez más, la herencia maldita volverá a perseguirlos. "Armadale" es un complicado melodrama, rebosante de suspense, intriga y golpes de efecto, que sirve al autor para desarrollar el problemático de la identidad y la amistad. La problemática social de la época victoriana, la soberbia elección de los personajes, y sobre todo un villano como Lydia Gwilt... Con estos hijos, Wilkie Collins teje una trama envolvente y seductora que brega entre identidades confusas, maldiciones heredadas, rivalidades amorosas, espionaje y asesinatos.

Impresión personal:

Allan Armadale llega a un balneario en Alemania. Es un hombre muy enfermo, a punto de morir,  y allí coincidirá con un inglés al que le contará un terrible secreto que le amarga la vida. Su vida corre paralela con otro hombre llamado igual que él (hijo de un hacendado del mismo nombre) —ya van tres Armadale— y teme que sus hijos (sí, lo habéis adivinado, ambos del mismo nombre) vayan a sufrir las consecuencias de lo acontecido en sus vidas. Dos hombres que en su día fueron amigos y luego enemigos acérrimos. Dos hombres cuyos hijos coincidirán —¿Destino, Providencia?— en la vida y estarán condenados, o no, a convertirse en enemigos a su vez.

Esta es una novela adictiva, con una trama que se va enredando y que no te suelta hasta el final. A través de cartas, diarios y un narrador omnisciente nos iremos enterando de la terrible maldición que un hombre moribundo cree que pesará sobre su hijo si llega a coincidir con el hijo de su enemigo.

Una caracterización de los personajes que nos muestra un amplio abanico de caracteres. Desde el simple pero sincero Allan hasta el atormentado y supersticioso Midwinter, pero sobre todo la fascinante, compleja, intrigante y sibilina Miss Gwilt que nos hará disfrutar de una obra magistral.

Sueños premonitorios, supersticiones, tormentas, naufragios, intrigas pero también amistad, amor, honor, valentía son muchos de los temas que envuelven a los personajes de esta novela que ven como su Destino planea sobre ellos y cómo tiene que intentar afrontarlo de la mejor manera posible.

Me maravilla cómo Wilkie Collins puede ponerse en la piel de cada personaje y hacerlo suyo. Es un maestro a la hora de recrear la personalidad de cada uno y se aprecia en toda la estructura narrativa.

La novela tiene bastantes páginas pero se te hacen muy breves y deseas seguir leyendo cada vez que lo sueltas. De hecho lo leí en lectura conjunta y en muchas ocasiones me quedaba rabiando de no poder continuar con los capítulos pactados hasta el siguiente día.

El desenlace final es todo un acierto, desde mi punto de vista, una redención para un personaje egoísta e interesado que finalmente consigue vencerse a sí mismo.

En definitiva una obra maravillosa y deliciosa que engancha a más no poder. Muy, muy recomendable.