El libro del cementerio de Neil Gaiman

El libro del cementerio / Neil Gaiman ; ilustrado por Dave McKean ; traducción de Mónica Faerna. — 4ª ed. — [Barcelona] : RocaBolsillo, 2016. — 255 p. ; il.

Bueno pues sin mucha introducción hoy os traigo al blog otro libro de mi querido y admirado Neil Gaiman.

Sinopsis oficial:

Gaiman crea ambientes inquietantes, extraños, donde la fantasía campa a sus anchas. Guiado por su instinto, un bebé escapa de la cuna en medio de la noche y logra alcanzar el cementerio más cercano a su casa. El individuo que lo persigue, cuchillo en guante, acaba de asesinar a toda su familia y está decidido a terminar con él. Pero los espectros del camposanto protegen al pequeño y acaban acogiéndolo en sus tierras. Aunque esta vez se le ha escapado, el siniestro hombre Jack no descansará hasta cumplir su misión... «Pocos autores hay en la narrativa actual con la capacidad de sorpresa, la ternura y la profunda originalidad que caracterizan la escritura de Gaiman.»

Impresión personal:

Nadie Owens, Nad, es un niño, casi un bebé,  que ha escapado de las garras de la muerte y se ha dirigido a un cementerio próximo a su casa. Allí Nad va a ser acogido por los muertos y educado por ellos. Sus padres, los señores Owens, le darán todo el cariño que no pudo recibir de sus verdaderos padres. Su tutor será Silas, que, al ser el único que puede abandonar el cementerio, será el encargado de su alimentación y su educación.

Nad crecerá en el cementerio y allí conocerá toda clase de aventuras. Pero llegará un día en que Nad tendrá que enfrentarse a aquello de lo que se libró en su momento…

Al acabar el libro Neil nos cuenta qué fue lo que le sirvió de inspiración para escribir este libro, y fue la lectura de El libro de la selva de Rudyard Kipling. Pero ¡atentos!, él habla del libro y nos dice que no nos fiemos de la película de Disney; nos anima a leernos el libro, por algo será. Y sí, si lo analizas después de haber acabado El libro del cementerio te das cuenta de que bebe de las fuentes de Kipling. Nad y Mowgli son abandonados cuando eran bebés y recogidos y educados por seres totalmente fuera de la esfera humana, los muertos en un caso, los animales de la selva en otro. Ambos deben superar diversas fases en su crecimiento personal, ambos tendrán que enfrentarse a un peligro, Jack o Shere Khan, y … no os digo más. Pero aunque el hilo argumental es similar, Gaiman, como siempre, consigue darle la vuelta y crear un mundo de fantasía sin igual.

Nad irá creciendo y se irá enfrentado a diversos acontecimientos y peligros de los que irá saliendo y de los que irá aprendiendo. Y su crecimiento y evolución nos vuelve a recordar a ese viaje del Héroe, de Campbell, en el que el camino recorrido servirá de excusa para que el personaje crezca emocionalmente. Aunque en este caso no haya un viaje como tal.

Los personajes son maravillosos, encantadores, fantasmagóricos y…  realmente distintivos. Silas y Nad serán los que más protagonismo tendrán en la historia, pero los demás serán igualmente importantes, tanto en la educación como en el crecimiento del chico. Este conocerá humanos también, no os vayáis a creer.

La ambientación es extraordinaria, a un tiempo gótica y fúnebre, pero de una serena tranquilidad que te hará sentir totalmente extasiado.

Debo comentaros que no he sido capaz de descubrir qué tipo de personaje era Silas hasta llegar al final del libro, y la verdad es que si hubiera sido más observadora lo habría descubierto pronto porque las pistas estaban ahí… Pero a pesar de haberlo descubierto al final no por eso ha dejado de encantarme.

Ah! Y me ha gustado mucho descubrir un “cameo”, aunque no es exactamente así porque creo que este se escribió antes, de uno de los personajes, una tal Liza Hempstock, apellido que os sonará si habéis leído El océano al final del camino…

Y el final, ¡ay el final! No puedo decir que sea un final inesperado, como ocurre en muchas ocasiones en los libros de Gaiman, pero es un final fascinante, acorde con las circunstancias que te deja un poso agridulce de esos en los que sonríes con nostalgia.

En fin, que no puedo comentar más que bondades de esta novela, que acabo de terminar, y de la que estoy deseando hacer una relectura, no os digo más.