Otra premisa del
reto de Todos los clásicos grandes y
pequeños III, clásico que se desarrolla en el período de entreguerras,
y otro libro de animales que también tiene serie y también la he visto
recientemente. Estoy que me salgo, jeje…
Impresión personal:
Gerald Durrell era
un conocido naturalista, hermano del
no menos conocido escritor Lawrence Durrell. Su familia, compuesta por cuatro
hermanos y su madre, decidieron irse a
vivir a la isla de Corfú, un poco hartos del clima inglés y un poco por
aburrimiento.
Su vida, durante cinco años, en la isla de Corfú fue recogida en tres obras que componen la llamada Trilogía de Corfú. Este que hoy os traigo es el primero de ellos.
El prólogo del libro corre a cargo de su
hermano Larry, que comenta que no recuerda que fuera tan desagradable y despreciara tanto la ciencia en aquella
época.
Esta es una novela
que combina las aventuras de la
familia en Corfú junto con las historias que nos contará Gerry sobre su
“investigación” de los diversos animales que componen la isla.
Cuando era muy
jovencita recuerdo haber leído esta novela. Creo que me gustó mucho la parte
que mencionaba a la familia, pero no tanto la que mencionaba a los animales.
Ahora puedo decir que he disfrutado
tanto de la una como de la otra.
Hay cosas verdaderamente curiosas, como una araña que crea su nido en la tierra
y la entrada es como una puerta abatible que solo se abre para capturar presas
o para recibir al macho… Esta y otras historias curiosas encontraremos en la
novela.
La familia Durrell
es muy peculiar. Larry, el hermano mayor, es ya escritor y se nos presenta un tanto snob y sabelotodo; Leslie, que
le sigue, está loco por la caza;
Margo, la única chica, va un poco por libre y está obsesionada con su acné y
luego está nuestro protagonista Gerry. Que no cuenta mucho de sí mismo, pero lo
iremos conociendo gracias a la narración.
La madre de Gerry
es una mujer realmente fascinante,
consigue mantener la calma en todo momento, es la que consigue mantener la tranquilidad
cuando surge alguna polémica entre los hermanos y siempre mantiene el
equilibrio entre ellos. Una mujer realmente notable, con un gran sentido común.
Conoceremos también
al taxista Spiro, que les acogerá bajo
su ala en todo momento. A Teodoro
Stefanides, reputado doctor y naturalista que se hará gran amigo de la
familia y muchos isleños, muy peculiares todos ellos.
La novela tiene anécdotas realmente graciosas, atención
a Larry y la caja de cerillas, que te hacen soltar la carcajada.
Es una novela en la
que se aprecia la felicidad de las cosas
sencillas, el saber vivir aprovechando el momento, disfrutando de las cosas
cercanas, la familia, los amigos, la paz y la tranquilidad. Se observa un aura
de sencillez y sosiego que no sé si presagia la venida de la II Guerra Mundial,
pero que te ensalza el ánimo.
En definitiva, una novela divertida, peculiar, con la que aprendes un poco sobre animales, y sobre la felicidad de la vida sencilla en una época en la que no se tenía “prisa” por vivir.