Asesinato en el laberinto de J.J. Connigton

Asesinato en el laberinto / J.J. Connigton. — [Barcelona] : Siruela, 2018. — 264 p. ; 22 cm. (Libros del Tiempo. Biblioteca Clásicos Policiacos, 358)

Ya sabéis que me estoy aficionando a leer esos clásicos policiacos de la época del  Golden Age. Así que cuando Siruela sacó esta novela se vino conmigo desde la Feria del Libro de Madrid. Hoy os cuento mis impresiones.

Sinopsis oficial:

«Por la construcción de su trama y la vivacidad de su prosa, la considero verdaderamente una obra de máxima categoría, que coloca a J. J. Connington en la primera fila de los escritores de novela detectivesca». T. S. ELIOT La finca de Whistlefield es famosa no solo por su belleza, sino también por el laberinto vegetal que diseñaron sus primeros propietarios. El recorrido, delimitado por altos setos que se entrecruzan en caminos sin salida o que regresan al punto de partida, conduce a dos centros distintos en los que un cómodo banco recompensa a quienes logran alcanzar la meta. Y es allí donde, en una calurosa tarde de verano, aparecen los cuerpos sin vida de Roger Shandon ;el dueño de la heredad; y de Neville ;su hermano gemelo y conocido abogado;, ambos asesinados con la misma arma: un dardo impregnado de curare. Dado que todos los miembros de la familia, los únicos capaces de orientarse en el laberinto, parecen tener una sólida coartada, serán necesarias una mirada aguda y una inquebrantable profesionalidad para averiguar quién ha cometido el extraño doble crimen. Cualidades que, inteligentemente disimuladas bajo una apariencia anodina, el jefe de policía Sir Clinton Driffield posee en extraordinaria medida.

Impresión personal:

En una mansión de la campiña inglesa nos encontremos con un doble asesinato, en un laberinto con dos centros. La entrada y el recorrido del laberinto solo es conocido por las personas que habitan la casa, con lo cual se reducirá el número de sospechosos... o no. ¿Puedo haber otra forma de recorrer el laberinto sin conocerlo?

Los habitantes de la mansión Wisthlefield son los Shandon. Roger es el dueño de la casa, con él viven sus dos sobrinos huérfanos, y su hermano pequeño Ernest, un holgazán, y el secretario de Roger, Stenner. Pero ese fin de semana también están su hermano gemelo Neville, un importante abogado que está ocupado en un caso muy importante, y dos amigos de su sobrina Sylvia: Vera y Howard.

Por tanto el número de sospechosos es reducido y el jefe de policía, sir Clinton, que  casualmente pasa el fin de semana en casa de su amigo Werdoben, será el encargado del caso.

Werdoben será una especie de Watson para sir Clinton, y sus elucubraciones será un tanto pintorescas.

La verdad es que aunque el libro me ha gustado le he encontrado una pega que me ha estado molestado en gran parte de la lectura.  Y es que se pasa la mitad de la novela dando vueltas a un único móvil para el asesinato (cuando realmente hay varios)... y claro tanto "incordiar" con ese motivo a mí me mosquea...

Por otro lado, he sospechado de una persona hacia la mitad de la novela, e incluso he conseguido desbaratar su coartada y he acertado plenamente. Pero es que me parecía tan, tan evidente, que creo que cualquier persona podría descubrirlo.

Por contra y ya comentando sus bondades, debo decir que es una novela típica de la Golden Age. Los diálogos son ágiles y divertidos. El pobre Werdoben siempre está perdido y no se entera de nada... y el juego que le hace a Clinton es interesante.

El ambiente "aristocrático" está bien representado, y los personajes creíbles y bien caracterizados.

En definitiva, una novela policiaca, muy  brittish, que podrá hacer las delicias de todo el mundo.