Matemos al tío / Rohan O´Grady ;
traducción del inglés, Raquel Vicedo. — 1ª ed. — Madrid : Impedimenta, 2014. —
316 p.; 20 cm.
Esta vez Matemos al
tío lo he leído en la magnífica edición impresa de Impedimenta. La camisa
del libro (esa especie de solapa que se pone sobre las tapas, jeje…) es de una
imagen de la edición original. En ella se ve a los dos niños tumbados, literalmente,
encima de Una Oreja, el puma. Una
obra con tintes góticos dicen. No es exactamente como me ha parecido a mí.
Sinopsis oficial:
Barnaby Gaunt tiene diez años y acaba de quedarse huérfano. Solo y
desamparado en la vida, ha de vivir con su tío, por lo que viaja a una preciosa
isla remota de la costa de Canadá, llena de amables ancianitos y donde hay
hasta un policía montado. A primera vista, todo indica que le espera un verano
perfecto. Salvo por un pequeño problema: su tío está tratando de matarlo.
Heredero de una fortuna de diez millones de dólares, Barnaby se cansa de
decirle a todo el mundo que su tío, un hombre misterioso y aterrador, anda
detrás de su herencia, pero nadie le cree. Nadie salvo Christie, una niña rara
y de poco comer, que llega a la conclusión de que Barnaby solo puede
detener a su demoniaco tío de una manera: matándolo primero a él. Y así, con la
ayuda de Una Oreja, un puma salvaje a quien los isleños atormentan desde hace
años, Christie y Barnaby traman un plan infalible. Una lectura deliciosamente
perversa. Oscura y mortalmente ingeniosa, «Matemos al tío» es un clásico de
culto que nunca hasta ahora se había publicado en español.
Impresión personal:
Barnanby llega a una isla de Canadá en un barco a pasar sus
vacaciones con su Tío. En el mismo barco viaja una niña, Christine. Van a ser los
dos únicos niños que haya en la isla, ya que todos los jóvenes murieron en
la II Guerra Mundial y no quedan niños allí. Durante el viaje, Barnaby y
Christine no han hecho muy buenas migas precisamente, pero el hecho de ser los
únicos niños de la isla les acabará uniendo. Barnaby le cuenta a Christine que su
Tío quiere matarle para quedarse con su herencia, diez millones de dólares.
Como nadie cree esa historia los niños deciden que la única solución pasará
porque sean ellos los que maten al Tío. Sus planes van a ir
variando en diversas ocasiones y mientras tanto conocerán a los demás
personajes de la isla, el sargento Coulter, el policía Montado de la Isla; los
señores Brooks, que tienen una tienda y son los que se van a quedar con Barnaby
mientras llega Tío a la isla; la señora Nielsen, la cabrera, que será la que
aloje a Christine en su casa; y el pobre Desmond… Todos ellos, y muchos más que
me faltan por nombrar, acogerán a los niños en la isla. Su relación con ellos
irá evolucionando con el tiempo.
Es una novela difícil de calificar. En algunos blogs he llegado a
ver que la trataban de novela gótica, pero a mí este enfoque no me
llega a gustar. Para mí una novela gótica tiene que ver con instituciones
viejas y ruinosas, fantasmas y un ambiente lúgubre y opresivo. Aquí no vamos a
encontrar eso. Encontramos una isla de Canadá en pleno verano con un paraje
idílico y ensoñador, un lugar al que todavía no ha llegado la electricidad, un
lugar lejano y apartado que será un punto de inflexión en la vida de los niños.
La novela empieza presentándonos a los personajes y vemos
reflejados los pensamientos de estos, ya que será un narrador omnisciente el
que nos “cuente” toda la historia. Hasta conoceremos los sentimientos y los
pensamientos de Una Oreja, el puma, algo que para mí le da un toque
encantador. Es una de las pocas veces que veo que un autor se atreva a poner
alma y voz a un animal y menos aún un animal salvaje.
Al principio los niños no hacen más que meterse en problemas y
causar trastorno a los habitantes del pueblo, que deciden que deben pagar por
sus fechorías y, entre otras tareas, les encomiendan que limpien de
rastrojos y malas hierbas el cementerio del pueblo. Allí será donde
conozcan a Una Oreja y donde tramarán todos sus planes.
El principio de la obra parece recordarnos un libro de aventuras
infantiles, pero luego iremos descubriendo la parte sórdida de la
historia, y la verdadera personalidad de Tío. Un personaje escabroso y
desagradable. El final será un poco tétrico y lúgubre, quizá por eso lo de
novela gótica, pero coherente y perfectamente acoplado en la trama.
Los personajes son maravillosos; van creciendo y evolucionando con
la novela, y se aprecia un cambio de actitud en ellos según va transcurriendo
la historia, sobre todo en los niños y el sargento Coulter. La narración y la
ambientación son sencillamente deliciosas. Ayudan a ponerte en la piel de los
personajes y empatizar absolutamente con ellos.
En definitiva, una novela muy poco conocida con un encanto peculiar
que no podéis perderos.
Totalmente de acuerdo contigo. Es una gran novela, tétrica y oscura que no es lo que parece al principio; un libro que a pesar de lo poco conocido, sus fans son terriblemente fieles.
ResponderEliminarUn besito!!
Sí la verdad es un libro de los que se recuerdan después de haberlo leído hace tiempo.
ResponderEliminarUn besazo