Este es el primer libro que reseño que solo tiene su
versión en ebook. Es, por tanto, un libro indie,
como se suele decir, autopublicado en Amazon por su autor. Ahora os contaré mis
impresiones.
Sinopsis oficial:
La muerte de dos criminales a los tres días de ser puestos en libertad, gracias a los beneficios penitenciarios, despierta una viva polémica en la sociedad española. Los familiares de las familias de las víctimas aplauden al francotirador justiciero, quien ejecutó su sentencia de la misma manera: un certero disparo en la cabeza, pero los defensores del sistema judicial claman contra un asesino sin piedad, cuestionando hasta qué punto es lícita su macabra labor.
Pero esta supuesta sed de justicia amenaza la vida de Jano, viejo amigo de Miguel Herrero, puesto que pronto saldrá a la calle después de permanecer en la cárcel durante diez años sentenciado por un juicio poco claro. ¿Amenazará su vida el francotirador justiciero?
La respuesta es clara, y Miguel debe comenzar una carrera frenética contra el reloj para lograr desenmascarar al asesino de criminales, acompañado por su infatigable compañero Oli, un experto en informática. Ambos descienden a un sub mundo criminal en el que el tráfico de influencias y de estupefacientes, el asesinato, el chantaje y el secuestro representan duros escollos a los que hacer frente si desean que su viejo amigo no sufra el castigo del francotirador.
Impresión personal:
La novela empieza cuando un francotirador está apuntando a
su víctima y se plantea si realmente le parece bien realizar este
encargo o no. Él es un profesional que se dedica a liquidar a terroristas,
otros francotiradores en diferentes guerras… pero este encargo en concreto le
provoca cierta incertidumbre. La víctima es un asesino que acaba de
salir de la cárcel al cumplir con su condena. Tras este asesinato vendrá un
segundo y al francotirador se le llamará el francotirador justiciero.
Miguel Herrero, el protagonista de la novela, está de acuerdo con la labor que
realiza este “asesino a sueldo”, pero le preocupa que la siguiente víctima sea
su amigo Jano. Jano está a punto de salir de la cárcel tras haber cumplido su
condena por la muerte de su novia. Miguel está convencido de la
inocencia de su amigo y decide intervenir para que Jano pueda salvar
su vida.
Como veis, aparte de ser una novela de misterio e intriga también plantea
un problema moral: ¿estaríamos dispuestos a tomarnos la justicia por
nuestra mano? ¿Es lícito que personas que ya han cumplido con su condena sean
asesinadas “por encargo”? Yo no voy a daros mi opinión, quizá porque tampoco la
tenga muy definida, aunque me decante hacia uno de los lados…
Miguel junto con su amigo Oli, un hacker informático
reconvertido, (ambos protagonistas de una novela anterior a la que se suele
hacer referencias, muchas referencias para mi gusto, en esta otra) se dedicaran
a investigar quién puede ser el instigador de estas muertes. Están convencidos
de que es el encargo de uno de los familiares de las víctimas. Esta
investigación se resolverá a mitad de la novela de una forma relativamente
fácil para mi gusto. No es una de esas novelas enrevesadas que te plantean múltiples
posibilidades. Os preguntaréis entonces qué ocurre durante la segunda mitad de
la novela. Pues en la segunda mitad Miguel se dedicará a investigar el caso de
su amigo Jano para demostrar la inocencia de éste. Es como si resolviera dos
casos en una sola historia, aunque ambos estén relacionados.
Los personajes no son muchos y son un poco arquetípicos… el típico
informático friki, el investigador que no ha llegado a policía… pero son
simpáticos y caen bien. No me han gustado algunas incongruencias que
he encontrado, por ejemplo: al principio de la novela (por eso lo cuento ya que
no os desvelo mucho), Miguel está en el despacho de uno de los personaje.
Cuando sale del despacho este personaje en concreto le hace seguir. Bueno pues
el amigo de Miguel, Oli, en cuanto ha salido del despacho le cuenta a Miguel
que tenga cuidado porque le están siguiendo… ¿queeeeeeé?... vamos a ver me
parece bien que se tengan algunas licencias… pero esta me parece un poco
exagerada. De dónde narices saca Oli que están siguiendo a Miguel. No puede ser
porque lo haya oído porque no había ningún micrófono en el despacho y, salvo
esa, yo no le encuentro otra explicación. Estos pequeños detalles, que a veces
se le escapan a los autores, hacen que ya no me crea tanto la novela. No es
congruente ni con la trama ni con la lógica.
Por otro lado también le he encontrado pequeños detalles en la
forma de escribir que, aunque no sé si son incorrectos exactamente, a mí me
chirrían. Por ejemplo, en un momento dado el personaje de Miguel dice: vamos a
ajustar tú y yo cuentas… a mi esta construcción sintáctica me suena fatal. Ya
digo que no sé si es correcta o no, pero desde luego me suena mucho mejor si
dijera: vamos a ajustar cuentas tú y yo… o tú y yo vamos a ajustar cuentas… no
sé si veis lo que quiero decir.
La narración es en tercera persona desde el punto
de vista de Miguel, pero el autor introduce en pequeñas frases y en letra
cursiva para diferenciarlo, los pensamientos personales de Miguel. Es un tanto
extraña esta elección. Porque por un lado parece que el autor quiere que veamos
todo desde el punto de vista del narrador omniscente, pero luego no quiere que
perdamos los pensamientos del protagonista. Y aunque a veces he visto obras en
que se conjugan ambas técnicas suele ser de forma más desarrollada, no un par
de líneas del pensamiento de Miguel.
Todos estos pequeños detalles, junto con el hecho de que la trama
no sea de esas que te mantienen en vilo hasta el final, hacen que no haya
podido disfrutar de ella tanto como quisiera. Y no está mal, está entretenida
(como el autor pretende)… pero desde luego no es un pageturner.
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