El jardín secreto / Frances Hogdson Burnett ; ilustrado por Elizabeth Moreno ; traducción de Conchita Pérez. — Barcelona : Alfaguara, 2020. — 317 páginas : ilustraciones en blanco y negro ; 22 cm.
De esta autora he leído varias novelas, todas ellas de corte adulto, y me han gustado mucho. A esta, quizá, le he encontrado alguna pega... Con ella cumplo la premisa del Reto Todos los clásicos grandes y pequeños V, clásico a elegir entre los 100 imprescindibles de Penguin
Sinopsis oficial:
Mary Lennox es una niña que vive en la India con sus padres que no le hacen ni caso, se cría simplemente acompañada por los sirvientes que no le dan mucho cariño, por ello sale caprichosa y amargada. Cuando sus padres mueren deciden mandarla a Inglaterra con un tío suyo, marido de la hermana de la madre. Al llegar a la casa tampoco parece hacerla caso casi nadie, el tío nunca está, y únicamente la criada Marta consigue interesarla, hasta que descubre el jardín secreto, cerrado desde la muerte de su tía y conoce al hermano de Marta, DIckon.
Esta es una historia que se cuece a fuego lento y en la que parece no ocurrir nada. Hay muchas descripciones detalladas de los jardines y de la saludable vida en el campo, eso es algo que no para de repetir la autora, lo bien que le está sentado a Mary salir todos los días corretear, sentir el frío en la cara, etc.
La novela me ha gustado sin llegar a entusiasmarme. Me han gustado más sus novelas más adultas. En esta he visto cierto carácter de moralina, aparte de que parece que se juzga mucho el carácter de Mary y su comportamiento déspota y arisco cuando en realidad viene motivado por esa falta de amor e interés por parte de sus padres y la educación a monos de unos criados que solo la veían como alguien superior. (Y lo mismo sucede con Colin).
Parece que tienen que ser ellos mismos, y sin ayuda adulta, los que consiguen convertirse en personas más agradables. En ese sentido podemos afirmar que los personajes crecen y evolucionan, pero como os digo es mérito únicamente de ellos.
Por otro lado hay algo que me chocaba mucho, Marta y su hermano Dickon hablan con un dialecto diferente, de Yorkshire, que no sé decir qué le caracteriza. Pero la traducción, no sé si con buen o mal criterio, ha traducido las palabras de estos niños en un acento que a mí se me antoja cateto e iletrado. Si la dicción de Yorkshire es así lo ha bordado, pero si no lo es me parece un error porque hace parecer a los niños tontos e incultos, y cuando Mary decide hablar como ellos la hace parece igual...
La autora juega mucho en los capítulos finales con la "magia" que ha hecho que los niños hayan cambiado, tanto física como mentalmente, se han puesto fuertes y sanos. Esta magia realmente es atribuida a los pensamientos positivos. Es decir, si piensas de forma positiva, estarás más sano y feliz y aunque estoy totalmente de acuerdo con eso, no se puede afirmar que cuando estaban enclenques y débiles era por los pensamientos negativos, también hay que tener en cuenta que han sido niños abandonados por sus respectivas familias, bastante mérito tiene que consigan cambiar
El final me parece un tanto edulcorado, evidentemente es una novela juvenil, pero creo que la reacción de Colin con su padre es demasiado generosa, igual es que yo soy un bicho, jeje... pero me parece que abandonar a tu hijo por el dolor de una pérdida es un acto muy egoísta por parte del padre, dejándole en manos ajenas que además no paran de comentar delante de é que está enfermo, débil y se va a morir... cómo va a tener el niño pensamientos positivos ante semejante tesitura... Eso sí, reconozco que es un canto a la amistad maravilloso, ya que gracias a eso precisamente los niños han podido cambiar y evolucionar al apoyarse entre ellos.
En fin, una novela que reconozco tiene cierto encanto, pero que no llega a superar los cuatro gatos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario