Muerte de un librero / Bernard J. Framer — Formato digital.
Este es uno de esos libros que se están publicando últimamente de están rescatando obras de autores ingleses medianamente olvidados. Algunos me están gustando y otros... Este viene a completar la premisa de Libro estacional de la versión libre del reto Todos los clásicos grandes y pequeños VI.
Sinopsis oficial:
Una noche de verano el sargento Wigan acompaña a un hombre ebrio, un viejo librero hasta su casa. Impresionado por su colección, decide empezar la suya propia con la ayuda de su nuevo amigo. Sin embargo, la relación pronto se verá interrumpida cuando el librero aparece muerto.Publicada por primera vez en 1956, es una investigación apasionante sobre el mundo del coleccionismo de libros que deleitará tanto a los ávidos bibliófilos como a los amantes del misterio.
Impresión personal:
El sargento Wigan encuentra, una noche de verano, a un hombre totalmente borracho. Cuando se acerca a él para ayudarle le comenta que es librero y que está celebrando la compra de una edición muy especial. Wigan decide acompañarle a su casa. Este será el inicio de una buena amistad en la que, además, el librero conseguirá apasionar al inspector en el coleccionismo de libros antiguos Poco después, Michael FIsk, el librero aparecerá asesinado en su propia casa con un puñal.
Cuando la policía reúne todas las pistas estas llevan a Fred Hamon, un corredor de libros de mal carácter, pero a Wigan esta explicación no le satisface y por ello decidirá seguir investigando por su cuenta.
Debo señalar que, en esta ocasión, esta novela no me ha entusiasmado. Es verdad que como escaparate del mundo del libro anglosajón, de los diferentes agentes que se mueven en él, es una maravilla. Pero como novela detectivesca... no sé, a mí me ha dejado un tanto indiferente. Lo explicaré cuando llegue al final.
Como decía antes, en esta obra conoceremos el cruel mundo de los tratantes de libros, esas personas que son capaces de todo por conseguir el ejemplar único del momento. Así veremos a los libreros, a los corredores de libros (personajes que no tienen una ubicación física sino que son meramente intermediarios) y a los coleccionistas de libros, a veces avariciosos e implacables.
En cuanto a la investigación policial todas las pistas, principales, apuntan a Fred Hamon, pero Wigan no está de acuerdo y conseguirá ayuda por parte de dos personas totalmente diferentes.
Como crítica a la parte investigadora debo decir que no me ha gustado, no se llega a una conclusión por las pistas que se muestran sino que lo hacen porque se ponen a vigilar y descubren al asesin@, así tal cual. Y aparte de esto hay un componente sobrenatural, de invocación al diablo, relacionado con la solución (se supone que hay libros sobre este tema e incluso el propio muerto ha querido invocar al diablo), que no me parecen muy creíbles para la época en la que creo que se desarrolla, ya que aunque no se dice explícitamente a mí me da que es en el siglo pasado, s. XX, , quizá a mediados. Y que en esa época se creyera que se podía invocar al diablo me parece un tanto disparatado.
Como digo, además, no se sabe cómo se llega a la conclusión de quién es el asesino. No sé si uno de los "ayudantes improvisados" de Wigan lo sabía, y en este caso no se nos cuenta cómo ha llegado a esa conclusión, o no lo sabía y por tanto, como os decía, el descubrimiento es totalmente circunstancial y además, in extremis, porque el pobre Fred Hamon está a punto de que lo cuelguen por ello.
En definitiva, una novela que se deja leer, en la que conoces un poco el mundo de libro anglosajón, pero que a mí me ha dejado totalmente indiferente.
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