Cinco cerditos / Agatha Christie : traducción, Guillermo López Hipkiss. — Barcelona : editorial Molino, D. L. 1996. — 253 p. ; 17 cm. — (Selección de Biblioteca de Oro ; 58)Este año me he propuesto leer un libro al mes de esta autora para ir avanzando con mi reto personal y por ahora lo voy cumpliendo así que aquí os traigo esta reseña que además me sirve para la premisa, clásico con adaptación cinematográfica (en este caso del genial David Suchet) del reto Todos los clásicos grandes y pequeños V, versión libre.
Sinopsis oficial:
Dieciséis años atrás, Caroline Crale fue condenada por asesinar a su esposo, el pintor Amyas Crale, cuando éste estaba a punto de abandonarla por una mujer más joven. Tras morir en prisión, Caroline dejó una carta a su hija de cinco años, Carla, reafirmando su inocencia. Ahora Carla sabe que necesita la ayuda del mejor detective del mundo para volver al pasado y hallar al verdadero asesino, honrando así la memoria de su madre.
Hércules Poirot someterá a sus peculiares interrogatorios a cinco sospechosos: a Elsa Greer, la última amante del difunto; a Angela, la hermanastra de Caroline; a la señorita Williams, la institutriz; y a los hermanos Blake, uno de ellos agente de bolsa y el otro aficionado a la botánica. Todos cuentan con una coartada sólida, pero uno de ellos miente. ¿Quién será el asesino?
Impresión personal:
Nuestro querido Poirot recibe la visita de una joven, Carla Lemarchant, que quiere entrevistarse con él. Cuando está juntos ella le cuenta que ese no es su verdadero nombre, que es Carolina Crale, hija del famoso pintor Amyas y de Carolina Crale a la que acusaron de asesinar a su padre hace dieciséis años.
Su padre fue envenenado y su madre fue juzgada y condenada por ello. Consiguió evitar la horca, pero aún así acabó muriendo en la cárcel, aunque antes de morir le escribió una carta a su hija para confesarle que ella no cometió el crimen.
Carla está a punto de casarse, pero antes quiere averiguar la verdad sobre lo ocurrido. Quiere saber si es cierto que su madre es inocente. Contrata pues a nuestro querido detective belga para que se haga con el caso de nuevo.
Este es un caso difícil para Poirot ya que las pruebas y los hechos han ocurrido hace mucho tiempo y todo ello se ha diluido en la mente de los protagonistas. Poirot acepta el caso con la condición de que ella acepte la verdad sea la que sea.
Poirot comienza, pues, a entrevistarse con todos los actores legales implicados en el juicio: el abogado defensor, que le cuenta que Carolina no colaboró mucho en su defensa, más bien parecía que estaba de más; con el segundo fiscal (el primero ya ha muerto), que recuerda a Carolina como una mujer fría; el procurador del caso... Pero, sobre todo, se entrevista con los cinco testigos del incidente.
Estos son: los hermanos Blake: Felipe, gran amigo de Amyas que odia a Carlina con ardor y Meredith, un par de años mayor, terrateniente y vecino de los Crale cuando ocurre el suceso. También están allí Elsa Greer, amante y modelo del cuadro que está pintando en ese momento Amyas; la señorita Williams, institutriz de la hermanastra de Carolina Crale: Angela Warren, una joven de quince años que vive con su hermana y su cuñado. Carla (seguiremos llamándola así para no confundirla con su madre) era una niña pequeña de unos cinco años cuando ocurrió el suceso, y por tanto, no recuerda nada.
Estos cinco personajes se entrevistaran con Poirot, contestarán a sus preguntas y le prometen, algunos con cierto engaño por parte del detective, escribirle una narración lo más exacta posible de lo que recuerden del día del suceso y del anterior que fue cuando visitaron a Meredith Blake en su finca y les habló de los efectos de la conicina, cicuta, que fue con lo que fue asesinado Amyas Crale.
Aparte de ser un argumento de lo más original, por tener que recrear el pasado, esta es una de esas novelas que están basadas en una cancioncilla infantil, Cinco cerditos (de ahí el título, obviamente), que es muy similar a nuestro juego de los dedos de la mano que le hacemos a los bebés... (este fue a por leña, este la cargó, etc.)
Como siempre os cuento si recuerdo o no el argumento, pero sobre todo, la resolución tengo que deciros que sí recordaba algo muy importante para uno de los personajes, pero me llevaba a un asesino diferente al que era en realidad, Recuerdo rescatado casi al final de la trama, un poco antes de ser desvelado. Pero tengo que deciros que es una de las novelas que más me han gustado de Agatha en lo que llego de relectura.
Me parece complicado desarrollar una trama en la que únicamente hay cinco sospechosos (reconozco que hizo algo parecido en Cartas sobre la mesa), pero es que además esta trama se complica con el paso de los años que hace diluirse nuestros recuerdos.
Es muy interesante, además, leer los relatos de los cinco personajes, porque reflejan fielmente sus diferentes personalidades, algo que siempre decimos que en este tipo de novelas no se desarrolla mucho. Pues en este caso no es así. Los personajes tienen una personalidad muy bien definida cada uno de ellos.
Por supuesto antes de finalizar la reseña, os cuento esas cosas "curiosas" que me llaman la atención en las relecturas.
Nada más empezar la narración, en la Introducción, Poirot le comenta a Carla que él no es el típico detective que se agacha a "medir las huellas de los pies, recoger colillas, ni examinar las hojas aplastadas", ¿alusión velada a Conan Doyle y su famoso detective?
Uno de los personajes comenta que hay un dicho español: (v. p. 118) ... pero que a mí no me suena de nada. No sé si en sus viajes por España Agatha oyó algo parecido e hizo una traducción literal en su idioma.
Y como, por supuesto, no voy a contaros nadas más. Solo puedo invitaros a leer esta novela de nuestra querida Agatha, si no lo habéis hecho ya, y desearos que la disfrutéis tanto como yo.
Y como siempre, después de la valoración os cuento algunos cosas con mucho spoiler
Año de publicación: 1942
Detective: Poirot
Narrador: encontramos diferentes narradores: un narrador omnisciente para la mayoría de la novela, pero cinco relatos en primera persona de cada uno de los sospechosos.
Victima: Amyas Crale
Asesino: Elsa Greer
Móvil: el odio y el rencor
Modus operandi: cicuta en la cerveza
Coartada: en realidad su mejor coartada es que parece que no tiene móvil para matarlo, en principio parecía que iba a abandonar a su mujer por ella. Y por la pasividad de Carolina Crale a la hora de defenderse.
Aprovecho este espacio de spoilers, para comentaros que lo que recordaba de esta novela, y me despistó, es la suposición que tiene Carolina Crale de creer que es su hermana la que ha envenenado a Amyas, sin querer, y la trascendencia de asumir la culpa para redimir su remordimiento por lo que hizo a Angela, cuando esta era pequeña (la desfiguró la cara al arrojarla un pisapapeles).