El noviembre de Kate / Mónica
Gutiérrez. — [Barcelona] : Roca, 2016. 312 p.
Todos conocemos a nuestra querida compañera Mónica del blog
Serendipia. El noviembre de Kate es su tercera novela, la primera publicada por
una editorial. La primera que me leí de
Mónica fue Un hotel en ninguna parte,
y me gustó muchísimo. Me encantó su lenguaje metafórico, tan bonito, y
evocador; su ambiente feelgood, como dice ella, esa magia que nos hace ver lo
bueno en las cosas pequeñas, y me gustó muchísimo la originalidad de la
estructura. Escrito a través de los emails de dos de sus protagonistas… a veces
se ve alguno contestación por parte de los remitentes, me pareció muy original
y muy difícil de conseguir. Me gustó tanto que me compré su primera novela Cuéntame una noctalia. Esta también me
gustó mucho. ¿Qué pensáis que ha pasado con esta?
Sinopsis oficial:
En vísperas de una tormenta de nieve, un viernes tras la barra de galeón pirata de un bar escondido, un barman recién llegado del Loira espera la llegada de Kate, la chica del extraordinario cabello flotante y las larguísimas bufandas.
Kate vive en un edificio antiguo como su propia tristeza y hace tanto tiempo que se ha dejado llevar por la rutina que ya no recuerda el sentido de los pequeños detalles, la aventura escondida en las sorprendentes pistas cotidianas. Un extraño jardín y una emisora de radio colgada del cielo en una buhardilla de madera constituyen su refugio para ese otoño. Y, sin embargo, aunque en la pequeña ciudad de Coleridge todos ignoren las advertencias de un excéntrico meteorólogo, el tiempo está a punto de cambiar el noviembre de Kate de la mano de un hombre bueno con planes de venganza, un sábado de tortitas y la risa de los argonautas
Impresión personal:
Kate es una joven desencantada
de la vida. Tiene un trabajo gris,
que no le gusta ni le aporta nada, sus padres se han ido a vivir al norte de
España y solo se comunican con ella a través de Skype los sábados, y a pesar de
ello no la hacen mucho caso, y su novio la dejó para irse a trabajar en medio
del océano… Así que cuando la proponen
participar en una tertulia radiofónica la noche de los viernes acepta, a
pesar de sus reticencias habituales. Allí conocerá a un meteorólogo que predice
la llegada de una Gran Tormenta de
nieve que les hará permanecer aislados en su pequeña localidad de Coleridge. La
noticia es tan extravagante que nadie le cree. Pero será esta tormenta la que
hará que la vida de Kate dé un vuelco, y entre en ella algo de luz.
Esta es una novela de las que acaban bien, de
las que te dejan buen sabor de boca una vez leídas. Y todo se consigue a base
de buenos personajes, buena historia, con un poquito de intriga, y mucho amor
por parte de la autora.
Pero antes de empezar con sus bondades quiero dejar
reflejadas las pocas cosas que no me han llegado a convencer. La primera de
ellas es que Kate tiene un amigo gay. Y aunque es verdad que todo está escrito,
me parece un tanto estereotipado. (Ay, Mónica, no te enfades conmigo…) Por otro
lado es un poco más lenta que las anteriores, o por lo menos, la “magia” de la
novela tarda más en llegar. Eso sí, una vez que aparece te engancha y te deja
muy buen sabor de boca durante toda la lectura.
Ahora vamos a lo bueno. Los personajes están bien perfilados, tienen su personalidad
definida y observamos cierta evolución en ellos. Me gusta muchísimo el
personaje de Norm, evidentemente, y me da cierto repelús la madre de Kate. No
puedo entender la relación con su hija. Pero el hecho de que tenga cierta
“aversión” hacia ella refleja lo bien que retrata los personajes Mónica.
Encontramos una pequeña
trama relacionada con ciertos planes de venganza por parte de uno de los
protagonistas, Don, que le dará ese toque de intriga necesario para picarte un
poquito más.
Mónica sabe reflejar
muy bien los ambientes. Recrea a la perfección la cocina de Norm, su
calidez, el ambiente tan agradable y hogareño, la sensación de bienestar… que
dan ganas de apuntarse a uno de esos desayunos con tortitas. La angustia ante
la terrible tormenta hace que la casa de Norman aparezca como un faro en medio
de la oscuridad. Un lugar donde el
tiempo se detiene y puedes relajarte sabiendo que, aunque no es tu casa, te sientes en tu hogar… todo eso lo
consigue Mónica con su buen estilo y su saber hacer.
La historia tiene un
final feliz, por eso es feelgood, jeje, pero aunque te lo esperes es algo que estás
deseando leer y ver cómo consigue llevar a sus personajes a ese buen final.
En definitiva, si no os habéis acercado a las obras de
Mónica, no sé a qué estáis esperando. Son de esas sencillas historias que te apetece leer al calor de un buen
fuego junto a tu taza de té, aunque en este caso yo lo haya leído con cuarenta
grados…