Drácula / Bram Stoker ; ilustraciones de Fernando Vicente ; traducción de Juan Antonio Molina Foix ; prólogo de Luis Alberto de Cuenca. — Madrid : Reino de Cordelia, 2017. — 2ª ed. — 542 p. : il. col. ; 25 cm.
Hoy os voy a traer una reseña que os va a sorprender. ¿Drácula, diréis? ¿Pero no estaba ya reseñado? Pues sí. Fue una lectura que hice allá por 2019 (parece una época ya lejana con esto del Coronavirus) y que me dejó un mal regusto de boca porque lo leí en una edición de Prime Reading de Amazon (de las primeras, creo que desde entonces está mejorando) que debía estar traducida por una herramienta digital y no por una persona. En fin, que me enrollo. Como veis la he vuelto a releer, en una lectura conjunta divertidísima que me sirve para dos retos: Todos los clásicos grandes y pequeños III en su premisa Clásico de terror/gótico (y con ella además finalizo el nivel 2) y para mi propio reto Libros Rescatados en la premisa Libro que no me gustó.
Sinopsis oficial:
Considerada por Oscar Wilde como la mejor novela de literatura fantástica de todos los tiempos, Drácula, la obra maestra de Bram Stoker, ha sido llevada al cine constantemente desde 1922, pero jamás ha tenido fortuna con los ilustradores. No hay un dibujante canónico de Drácula, no hay una edición ilustrada clásica de este gran libro. El ilustrador Fernando Vicente ha asumido el reto de hacer una versión ilustrada realmente ambiciosa de la novela que renovó el mito del vampiro. Basándose en la prestigiosa traducción de Juan Antonio Molina Foix, ofrece un detallado repaso a la acción y los personajes del clásico de Stoker, sin olvidar los inquietantes paisajes ni el áurea terrorífico que rodea la obra.Impresión personal:
Jonathan Harker se dirige a Transilvania encomendado por su jefe para entregarle unos documentos de propiedad de unos terrenos a un Conde que vive en esa zona.
Mientras realiza el
viaje y se va acercando a la población en cuestión los lugareños se asustan por él y le recomiendan que
no vaya allí. Una vez en el castillo del Conde, Jonathan va descubriendo
ciertas cosas que le hacen dudar de su
cordura.
Supongo que a estas
alturas de la vida todo el mundo, mal que bien, sabe de qué va esta novela así que no voy a daros más datos.
Comenzaré comentándoos si con esta segunda lectura mi impresión de la novela ha mejorado o no. Premisa imprescindible en mi reto Libros rescatados. Pues sí. Os diré que ha mejorado y mucho. Es cierto que si leéis mi primera reseña de la novela no parece que me hubiera disgustado tanto como ahora que os lo comento. Pero es que con el paso del tiempo me quedó un regusto amargo de su lectura, por lo que considero que es lo suficientemente llamativo para incluirla en el reto.
Probablemente mucha
de la culpa de que haya disfrutado mucho de la segunda lectura ha sido la compañía con la que la he hecho. Nos
hemos fijado en detalles curiosos (cómo beben estos hombres victorianos) que no
habíamos observado la primera vez.
Por otro lado, y ya
centrándome más en la lectura, la novela es una maravilla. La ambientación
gótica, tenebrosa y asfixiante,
que recrea Stoker en toda la novela, pero sobre todo en la primera parte
durante la estancia de Harker en el castillo, es inigualable.
El hecho de poder
acercarnos a los sentimientos de los personajes gracias a que no hay un único
narrador sino múltiples, ya que lo que vamos a ver son los diarios y cartas que conforman la
historia, hace que los sientas mucho más
cercanos y compartas con ellos sus tribulaciones y pesadillas.
A parte de la buena
ambientación, Stoker juega además muy
bien con el tempo. La narración
es muy comedida (Van Helsin va dosificando la información muy poco a poco) lo
que va creando mucha expectación. Y te
va guiando para llegar a un final que va in crescendo.
Los personajes son admirables todos ellos, alguno un
poquillo revulsivo (Renfield ya sabes que me refiero a ti), y con una gran
fortaleza y decisión.
Las dos únicas
mujeres que aparecen en la novela, Lucy y Mina, representan todo el tiempo la dulzura y el carácter modélico de lo
que se espera de la mujer en el siglo XIX (un pelín machista a nuestros ojos
actuales). Pero a Mina además el autor le
concede la gracia de tener una inteligencia “igual a muchos hombres”. La
verdad es que es muchas veces Mina la que les saca las castañas del fuego, que
queréis que os diga.
Y por supuesto, debo
mencionar la magnífica edición de Reino de Cordelia que no solo me ha permitido leer esta obra en una buena
traducción, sino que las ilustraciones
de mi ilustrador preferido, el magnífico Fernando
Vicente, adornan la obra de una
forma maravillosa.
Así que ahora sí,
ahora puedo deciros que Drácula me ha
gustado mucho y que es una novela que merece la pena leer ya que todas
las versiones que han circulado por ahí no le hacen mérito.