Róndola / Sofía Rhei. — Formato
digital.
Me gustan las
novelas de fantasía ya lo sabéis, y no sé dónde me encontré con esta novela,
que en principio me llamó la atención. Hoy os traigo mis impresiones.
Sinopsis oficial:
Hereva es la joven princesa heredera de Tertius, uno de los tres reinos de Róndola. Después de pasar los últimos cinco años en la Academia Superior de Costura para Damiselas Impecables y durante su ceremonia de graduación, todo su mundo se tambalea cuando dos paladines irrumpen en el castillo para salvarla del supuesto dragón que la tiene presa. A partir de ese momento, ella y sus inseparables amigas iniciarán un viaje lleno de aventuras con el objetivo de encontrar un remedio que libere a sus padres, los reyes de Tertius, de un terrible hechizo. Por el camino se encontrarán con hombres que se convierten en animales, unicornios que atacan a las mujeres que no son vírgenes y caperucitas con muy mala leche. Y Hereva descubrirá el sexo, el amor y alguna cosa más…
Impresión personal:
En el país de Tertius existe una Ruleta que te va
asignando Tareas, o te dice lo que tienes que hacer en ciertos momentos. Muchos
paladines esperan que le salga la TAREA, la que no sale nunca y que todos
desean. Rescatar a la princesa de
Tertius de las garras de un temible dragón y así poder casarse con ella.
Cuando Bruni llega a la Ruleta es su primera vez. De Riteris, un famoso
paladín, teme que el pobre Bruni salga decepcionado, ya que la mayoría de las
veces las cosas que salen en la Ruleta son nimiedades. Cuando la Ruleta le
asigna a Bruni la esperada Tarea le pide a De Riteris que le acompañe a
realizarla.

Hereva de Tertius,
la princesa en cuestión, no tiene ni idea de que tiene que ser rescatada. Ella vive tranquilamente en la academia de
costura de Ragana y está a punto de graduarse junto con sus amigas, las
princesas de otros reinos: Erbin, la princesa faýr: Akara, la princesa ínfera;
Okorosa, la princesa grogresa; Clecindra, la princesa de los ausentes (una
especie de zombis guapos a la vista) y Mira, su acompañante y amiga que es una
simple plebeya.
Cuando los paladines
llegan al castillo-academia las cosas no
van a ser como esperan ninguno de ellos.
Y no, no creáis que
os he contado medio argumento porque no es así, esto sucede en los dos o tres
primeros capítulos.
Esta historia va a
ser un “viaje del héroe”, en este caso heroína, ya que Hereva va a tener que partir en busca de ciertos elementos
para ayudar a sus padres y que harán que corra una serie de aventuras que la cambiarán para
siempre.
Hereva es una ingenua y dócil muchachita cuando sale
de la academia, crédula hasta no poder más, no ve nada de lo que tiene delante
de sus narices y será durante este periplo cuando se topará con múltiples pruebas y acontecimientos que la ayudarán a
madurar.
En este viaje la
acompañarán sus amigas, Mira y las princesas mencionadas, junto con Kony, la
bibliotecaria del castillo. En el camino se cruzarán con De Riteris y Bruni,
que siguen empeñados en completar su misión.
Durante todo este
periplo muchas de las aventuras corridas por los protagonistas van a tener como
base los cuentos tradicionales a los
que se les ha dado una vuelta de tuerca. Así encontraremos versiones totalmente
extravagantes de Caperucita, Los tres
cerditos, La princesa y el guisante, Rapunzel, Hansel y Gretel, Barba azul
y seguramente alguno más que me dejo en el tintero y algún otro del que no me
habré percibido.
Tengo sentimientos encontrados con este
libro. Al principio me gustó mucho
la originalidad de la obra, su planteamiento, la expresiva imaginación que le
pone la autora, como por ejemplo la Ruleta, o pequeños detalles como que las
pulgas de las posadas son “agentes publicitarios”, los distintos tipos de
princesas (basados, eso sí, en los diferentes géneros de personajes de los
cuentos) y otros detalles más que le ponen un toque muy original a la historia.
Pero, por otro lado, me ha puesto de los nervios que se “inventara” una forma
nueva de contar (el sistema está basado el once y los números mayores de este
serán: oncientos, endecádas, quaranta, vinte, etc.), se inventa palabras
cambiando vocales de palabras conocidas, como por ejemplo “cerveja” y alguna
más…
Es decir, desde mi
punto de vista, no tienes por qué crear un “lenguaje diferente” o una numeración
diferente para que tu historia sea más original o para darle una atmósfera especial. Puedes hacer del número once
la Cifra más importante de tu mundo, pero de ahí a lo otro, a mí personalmente me parece excesivo. No
quiero ni pensar cómo tenía los documentos cuándo le tenía que pasar el
corrector…
Llegada a la mitad
de la novela, me ha parecido demasiada
extensa la historia y me daban ganas de dejarla. Al final seguí con ella
porque quería ver a dónde llegaba, y el
final es coherente con todo lo que ha desarrollado en la historia y la
evolución de Hereva acorde con todo ello. Pero ya no me ha llegado a llenar.
Cuestión aparte es
el jaleo que monta con los cambios de bebés… que no quiero contaros con detalle para no fastidiaros la historia.
Supongo que con todo
ello lo que la autora ha pretendido hacer es una “crítica” a los cuentos de hadas, pero si es así a mí no me ha
llegado como tal. Aprecio mucho más la crítica y la sátira en los libros de
Pratchett, qué se le va a hacer…
Otra cosa que me ha
sorprendido es la aparición de escenas de sexo, bastante explícito, que no digo
yo que no vinieran a cuento, pero que nunca había observado en una temática
como la fantasía y que me han llamado mucho la atención.
En definitiva, una
obra que se me ha hecho bastante larga,
que no he llegado a disfrutar de ella como me parecía al inicio de su lectura,
aunque no le quito mérito a la desbordante
imaginación de la autora.
Y aunque no lo digo
mucho, porque lo doy por hecho, recordad que esta es mi opinión personal sobre
su lectura, no es una crítica literaria ni pretende serlo.