La mano izquierda de la oscuridad / Ursula K. Le Guin ; traductor Francisco Abelenda. — [Barcelona] : Minotauro, 2020. — 336 p. ; 22 cm.
Tenía pensado leer para esta premisa de Clásico de ciencia ficción o fantasía: Un mago en Terramar de Úrsula K Le Guin. Pero al enterarme de que Minotauro iba a sacar una edición de lujo con todos los libros de la saga en noviembre decidí aplazar la lectura. Pero claro, me faltaba un libro para esta premisa del reto Todos los clásicos grandes y pequeños, así que seguí en la línea de leer a Úrsula y me cogí La mano izquierda de la oscuridad…
Sinopsis oficial:
«La luz es la mano izquierda de la oscuridad, y la oscuridad es la mano derecha de la luz. Las dos son una, vida y muerte, juntas como amantes en kémmer, como manos unidas, como el término y el camino.»
«Escribiré mi informe como si contara una historia, pues me enseñaron siendo niño que la verdad nace de la imaginación.»
Así comienza su relato Genly Ai, enviado al planeta Gueden —también llamado Invierno por su gélido clima— con el propósito de contactar con sus habitantes y proponerles unirse a la liga de planetas conocida como el Ecumen.
Los guedenianos tienen una particularidad que los hace únicos: son hermafroditas, y adoptan uno u otro sexo exclusivamente en la época de celo, denominada kémmer. En Invierno, Ai contacta con Estraven, un alto cargo que le mostrará cuán diferente puede llegar a ser una sociedad donde no existe una diferenciación sexual.
Impresión personal:
Genly Ai es un enviado del Ecumen (el sistema planetario que aúna todos los planetas conocidos) a un mundo denominado Invierno, o Gueden. En Invierno, como bien se aprecia por el nombre, las temperaturas siempre son bajo cero o muy poco por encima, y eso hace que sea un mundo extraño para el Enviado. Pero además en Invierno los guedenianos son hermafroditas. O incluso se podría decir, que no son nada, casi asexuados, hasta que llega la época de celo o kemmer, en que dependiendo de la ocasión a veces se puede ser hombre y otras veces mujer…
En Gueden hay dos países más o menos poderosos, entre otros, que están enfrentados: Karhide
y Orgoyen. Genly ha aterrizado en Karhide y cuando comienza la novela lleva
ya dos años con ellos, pero todavía no ha
conseguido mucho en su tarea "evangelizadora", que seguirá sin ser fácil.
Yo aprecio tres partes en la
novela. Una primera parte en que Genly
está en Karhide y es donde comenzaremos a conocer a los personajes principales y la complicada estructura social y cultural
de este planeta. Una segunda parte,
desarrollada en Orgoyen, donde ya se aprecian esas corrientes políticas subterráneas y complicadas en las que se verá
envuelto el Enviado. Y una tercera, y última, parte que se desarrolla en el norte de este extraño mundo en la zona más fría y
congelada (de hecho hay una zona que llaman el Hielo que tienen que
recorrer nuestros personajes) que será más personal y dónde veremos cómo evoluciona la relación de Genly y
Estraven.
Todavía no puedo afirmar con rotundidad que me haya gustado, no quiero decir que, por el contrario, no me haya gustado aunque sea una contradicción. Es una novela extraña y complicada que seguramente tendré que leer por segunda vez para poder apreciarla en toda su magnitud. Sí que puedo deciros que la tercera parte es la que me ha gustado más, quizá es la que es menos complicada y las más emotiva, y el final me ha gustado muchísimo.
También es cierto que tiene
reflexiones a lo largo de la novela que te sirven para plantearte cómo
podría ser el mundo si no hubiera este dualismo hombre/mujer.
Lo que sí puedo deciros es que me ha parecido muy interesante, me ha impresionado comprobar la capacidad de esta mujer para crear mundos y civilizaciones totalmente diferentes y que seguiré leyendo sus novelas. Tanto las de fantasía, que todavía no he empezado con ellas, como las del Ecumen, a ver si consigo conocer y comprender mejor ese mundo.