Anna Karenina / Lev N. Tolstoi. — Versión ebook (Alba editorial)
Hoy os traigo un
clásico ruso, mi primer clásico ruso. Este libro es el que me habría servido
para finalizar el reto del año pasado en la premisa de Clásico de más de 550
páginas. Pero entre unas cosas y otras no pudo ser. Así que hoy os lo traigo
para el reto Todos los clásicos grandes y pequeños III, en la premisa: Clásico
de los 100 imprescindibles de Penguin.
Impresión personal:
Ante todo, y antes
de empezar esta reseña, quiero dejar claro que esta es mi opinión personal (siempre lo es en todas las reseñas).
Quiero decir que no pretendo hacer una
crítica literaria de este gran clásico ni por asomo. No tengo la capacidad
para ello, además. Simplemente voy a contaros las impresiones y los
sentimientos que he tenido al leer este libro. Así que ahora vamos al grano.
En Anna Karenina vamos a encontrar un caleidoscopio de personas y sus vidas que se van a entrecruzar en un momento a otro. El título puedo llevar a error al pensar que Anna es la protagonista de la historia. Que no es que no lo sea, pero también hay otros personajes que serán igual de importantes.
La novela va a mostrar un mismo hecho, el adulterio,
visto desde los dos puntos de vista. Cuando es el hombre el adúltero y cuando
lo es la mujer. En el primer caso, como ya os supondréis, la visión de la
sociedad será mucho más relajada que en el segundo. Cuando además la mujer, en
este caso Anna, no quiero vivir una mentira y prefiere ser honrada consigo
misma y sus sentimientos, entonces la
sociedad le dará la espalda.
Pero debo deciros
que a mí, al final, no me ha convencido
del todo. Empecé muy bien con su
lectura, me gustaba mucho y hasta,
en ciertos momentos, me parecía divertida. Luego llegué a los momentos en que
el autor hace reflexiones sobre la forma de vida de los agricultores rusos, su
inmovilidad, su falta de ganas de avanzar y su comparativa con Europa, y eso, a
mí personalmente, me lastró la lectura. No tengo tantos conocimientos de la
historia de Rusia, bastantes menos que sobre la de Europa, como para que esos temas
llegarán a engancharme. Lo mismo me pasó
en un momento en que tienen que realizar una votación para un cargo político,
en que el autor vuelve a extenderse páginas y páginas sobre ello. No lo
comprendía y su lectura se me hacía lenta y pesada. El simple hecho de pensar que
tenía que ponerme a leer la novela me producía pereza, aunque luego disfrutara de su lectura, salvos esos momentos
que os he contado (que eran bastante abundantes).
Al final todos estos sentimientos contradictorios han
hecho que leyera el final de la novela con inmensas ganas de terminar. Y me da
un poco de pena que haya sido así.
Los personajes son grandiosos y maravillosos, de muchos de ellos conoceremos sus sentimientos, sus reflexiones, preocupaciones y disquisiciones y empatizarás con ellos o no, pero llegas a comprender sus motivaciones.
Para mí los dos mejores personajes son Levin y Anna,
que creo que son los dos personajes centrales alrededor de los cuales giran los
demás. Levin es un aristócrata terrateniente que es más feliz en el campo que
en las grandes ciudades. Su búsqueda de
la felicidad y sobre todo de la religión, de la que se siente desapegado,
será la gran motivación de su vida.
Anna es una mujer casada que tiene un hijo al que adora,
del que acabará separándose por el amor apasionado de un hombre. No puedo decir
que la comprenda del todo, porque no creo que yo hiciera lo mismo en su lugar.
También es verdad que en esta época no se te exigiría separarte de tu hijo por
el amor a otra persona. Aun así, no creo que yo hubiera podido. Pero puedo
llegar a entender sus motivaciones y sus temores y obsesiones. Es un personaje que comienza muy bien y acaba de
una forma triste y torturada.
En definitiva, una novela grandiosa, pero que a mí
personalmente me hubiera gustado más si hubiera menos disquisiciones por parte
del autor.