La hija de Jezabel / Wilkie Collins. — Formato digital
Este libro lo propuso Anabel Samani para el reto Serendipia recomienda, pero es que además me venía muy bien para el reto Todos los clásicos grandes y pequeños V, nivel 4, clásico de más de 350 páginas. Y para más inri me encanta Collins
Sinopsis oficial:
La señora Wagner, viuda de un comerciante, está decidida a proseguir los planes de reforma de su difunto marido: la incorporación de las mujeres al trabajo y la reeducación de «los pobres mártires del manicomio» apelando a «su dignidad». Con este propósito viaja a Fráncfort, donde la empresa tiene una filial. Allí su socio, el señor Keller, tiene sus propios problemas: su hijo Fritz insiste contra su voluntad en casarse con Minna, hija de madame Fontaine, una viuda cargada de deudas y de dudosa reputación, pero empeñada, a toda costa, en asegurar la felicidad de su hija. La hija de Jezabel (1880) enfrenta a dos viudas tenaces y poco convencionales, las dos capaces de vencer cualquier obstáculo con tal de cumplir su objetivo.
Impresión personal:
En esta obra nos vamos a encontrar con dos viudas con un carácter muy fuerte, ambas, pero con un fondo diferente. Una de ellas es la señora Wagner, viuda de un comerciante muy moderno que plantea temas tan adelantados como contratar a mujeres para trabajar en su fábrica. Además también comparte con él la forma de tratar a los dementes en los manicomios y quiere hacer un experimento con uno de los enfermos allí recluidos, Jack Shaw. La señora Wagner vive en Londres donde está la sede central de la empresa de su marido de la que será heredera.
La otra viuda será Madame Fontaine, viuda de un médico afincado en Wuzburgo, que muere con enormes deudas que heredarán ella y su hija, Minna. Esta joven está enamorada del hijo del socio de la señora Wagner, Fritz Keller. El señor Keller no acepta las relaciones con la hija de Madame Fontaine, a la que se denomina Jezabel, por su mala fama. (Ya os digo que el título está bien, pero más por la motivación de la madre que por protagonismo propio). Y envía a Fritz con la señora Wagner a Londres una temporada. Las relaciones entre todos estos personajes será la trama de la novela.
El narrador de la historia será David, el sobrino de la señora Wagner, lo hará contándonos todo cincuenta años después de lo ocurrido. En los momentos en que el no está presente su narración estará basada en cartas o testimonios de otros testigos.
Esta es una historia más corta que las que he leído anteriormente de este autor, pero no creo que sea su brevedad lo que la hace palidecer un tanto con respecto a las otras.
Collins es un gran narrador de intrigas y conflictos cruzados que ponen en tensión al lector, sus personajes suelen ser grandes personajes, sobre todo los malvados como Fosco de La dama de blanco o la señorita Gwilt de Armadale.
Aquí nos vamos a encontrar a una malvada un tanto descafeinada. Al principio empieza bastante bien, sin llegar al nivel de los mencionados anteriormente, pero luego va perdiendo personalidad y comienza a tener temores y a raíz de ello, fallos.
Me ha gustado leerla, aunque no se haya convertido en una de mis preferidas, porque Collins toca aquí unos temas muy interesantes. Como el hecho de que una mujer pueda dirigir un negocio, el plantearse poder contratar a mujeres para trabajar en una fábrica o cambiar la forma de ver y tratar a las personas con trastornos de salud mental.
¿Cosas que me han resultado curiosas y llamativas en su lectura? Que se nombre la vida sexual en una carta, así literalmente, es algo que no había visto en ninguna novela de esta época, que parecen siempre tan puritanos. O que siendo ambas protagonistas viudas le dedique este apelativo únicamente a Mme. Fontaine (a mí a veces me causaba confusión cuando ambas mujeres estaban juntas), o que al inicio del matrimonio Mme. Fontaine sea una mujer que deja a su familia, que tiene mejor posición que su futuro marido, y se casa enamorada para luego cambiar su carácter al conocer más profundamente al simplón de su marido.Otra curiosidad y al mismo tiempo un pequeño error del autor, que no sé si por aquella época se tenían ya los conocimientos que tenemos ahora: el señor Keller hablando con el tercer socio de la firma comenta la inferioridad de las mujeres y para ello tira de referentes como eminentes filósofos y demás, pero también menciona a los "antiguos egipcios". Y sin entrar en detalles sobre la inferioridad de las mujeres o no (algo muy característico de siglos anteriores), sí os puedo decir que los antiguos egipcios no consideraban a la mujer inferior al hombre. Ellos tenían una visión en que cada género tenía sus propias cualidades y funciones...
En definitiva, una obra de Collins muy interesante, me lo he pasado muy bien leyéndola, engancha bastante, pero sin estar a la altura de sus grandes obras... aún así muy recomendable.