
Vi esta novela en varios blogs y me llamó la atención por
el hecho de que se mencione España, en concreto Toledo, y parte de su historia.
Pero encima me enganchó aún más cuando se comentaba que se desarrollaba en la
época victoriana inglesa, periodo que me gusta mucho.
Cuándo sí he flipado de verdad es cuando he ido a la
Wikipedia para conocer a la autora y comprobar si había leído algo más de ella.
Bueno pues su vida sí que da para una novela. Es una asesina sentenciada por el caso “Parker-Hulme” en Nueva Zelanda.
Ella y una amiga suya, Pauline Parker, decidieron matar a la madre de esta
última porque no las dejaba ir juntas a Sudáfrica cuando ambas tenían 16 años. Le
dieron 45 golpes para conseguirlo… Fueron juzgadas y acusadas, pero al ser
menores de edad no podían someterlas a la pena de muerte, con lo cual las encarcelaron a “discreción” del
ministro de justicia. Cinco años después fueron liberadas, cada por su lado,
con la condición de que no volviera a verse, cosa que parece ser han cumplido.
Ambas se cambiaron el nombre, y Anne Perry, su nombre era Julia Hulme, se
volvió una famosa escritora… (Desde luego experiencia tenía… ¡madre mía!).
Sinopsis oficial:
En este contexto, Sofía Delacruz llega a Londres procedente de España para predicar un evangelio revolucionario de amor y perdón que muchos consideran blasfemo. Thomas Pitt recibe el encargo de proteger a Sofía y también al gobierno de Su Majestad de cualquier situación bochornosa que esa mujer -tan bella como carismática- pudiera causar.
Cuando de pronto Sofía desaparece y dos de sus seguidoras son brutalmente asesinadas, Pitt se enfrenta a su mayor desafío. ¿Acaso Barton Hall, el rico primo banquero de Sofía, está involucrado de algún modo? Y ¿por qué Dalton Trague, la estrella del críquet, se ha deslizado dentro de la investigación de Pitt? Temeroso de que estos hechos puedan desencadenar un incidente internacional, Pitt acepta la ayuda de tres aliados: su inteligente esposa Charlotte, su tía abuela lady Vespasia y su amigo Victor Narraway.
Desde las estrechas calles de Toledo y un solitario monasterio en tierra española, hasta los muelles londinenses, Pitt y sus amigos libran una carrera contra el tiempo en un intento desesperado de atrapar a un asesino.
Impresión personal:
Después de una introducción tan larga, pero que creo que era
necesaria, resumo la novela.

Esta es la número
treinta de una serie de novelas policiacas de Anne Perry ambientadas
en la Inglaterra victoriana, y la verdad es que se nota. Se nota en el hecho de
que no hace ninguna descripción, ni física ni psicológica, de los
principales personajes. Da por hecho que todo el mundo los conoce. ¿Es esto
óbice para leer la novela? No mucho, pero sí es verdad que al no explicar muy
bien algunas relaciones te plantees qué parentesco tienen algunos personajes.
Sobre todo entre Vespasia y Pitt, por ejemplo. Los personajes nuevos, y
que son exclusivos de esta novela, están mejor descritos.
En principio a mí la novela
no ha llegado a gustarme. La he encontrado un tanto lenta y
enrevesada en cuanto a la trama principal (de hecho, y a pesar de leer
el final, todavía estoy rumiándolo a ver si consigo unir todos los hilos, y no
sé si me cuadran...).

En cuanto a la ambientación
no hay mucho que contar, ya que es muy sutil. Imagino que ya ha sido bastante
desarrollada en las novelas anteriores, pero se puede decir que lo que se
aprecia está muy bien desarrollado. Inclusive la parte dedica a España.
La resolución del caso...
Pues la verdad yo no he descubierto muy bien cómo llegan allí. No
hay "pistas" verdaderas que conduzcan de un lugar a otro, sino más
bien reflexiones de las relaciones personales de los personajes y sus
intenciones. Ya os digo que a mí me ha dejado confusa, no sé si porque la
autora no ha sabido dejarlo más claro, o porque yo he leído esta novela en un
momento de confusión mental, jeje...
En definitiva, una novela
que hará las delicias de los seguidores de Pitt, seguramente,
pero que si lees de forma independiente igual te deja un tanto fría...