Después de leerme Un
cadáver en el jardín no pude esperar y tuve que ponerme enseguida a leer la
siguiente novela publicada en España, que no la siguiente en la cronología de
la autora. No sabemos cuánto tiempo ha transcurrido desde la primera novela, en
la cronología de los personajes, pero hay un cambio que no me llegó a gustar.
Sinopsis oficial:
Tove Monrad, famosa cantante de ópera y ex mujer del aclamado director de orquesta Mattias Lemming, es asesinada en el mítico teatro de la idílica ciudad sueca de Drotningholm.
Puck Ekstedt, doctora en Literatura, hija de un prestigioso profesor y casada con Einar Bure, vive en la misma ciudad rodeada por sus amigos y amigas de la burguesía adinerada. Ante el asesinato de Tove, la curiosa Puck no podrá por menos de intentar desenmascarar al asesino, para lo que se aventurará en una investigación tan compleja como apasionante.
Pese a empezar como una suerte de juego, Puck irá implicándose cada vez más en el caso, y en los secretos más oscuros que se esconden entre el ambiente cultivado de la ópera, la placidez de la ciudad y la impostura de sus habitantes, llevándonos como lectores, a través de un ácido sentido del humor y una ironía magistral, hacia un final brillantemente resuelto
Impresión personal:
Puck y Einar reciben la invitación de un amigo, Paul Sandvall,
para que asistan a una fiesta que va a organizar en su casa para celebrar su
nuevo cargo de director de un famoso
teatro de Estocolmo. En la fiesta se reunirán todo el elenco de actores y
actrices, junto con el director de la ópera, que van a representar en el
teatro. Allí conocerán a Tove Morand, una famosísima cantante de ópera; Mattias
Lemming, el director de la opera que además resulta ser un conocido del padre
de Puck y exmarido de Tove; Sten Sture Brickman, Jill Hassell, Goran Goransson,
Daga Fors y Ulrik Annerfelt que completan el elenco.
Puck se siente
fascinada por Mattias Lemming y, gracias a su amistad con Paul, va a asistir al último
de los ensayos de la obra y, por supuesto, a la inauguración. Al día siguiente
de la inauguración, la representación de la obra debe ser aplazada porque Tove
Morand no aparece por el teatro. No es hasta pasado unos días cuando Puck y
Paul hallarán el cadáver de la cantante. Desde ese momento Puck comienza a
ayudar a Ake Nord, al que encargan el caso debido a la ausencia de Christer
Wijck, a resolver el misterio.
En esta nueva entrega la narración sigue a cargo de Puck,
por lo que será, evidentemente, en primera persona. En esta ocasión he echado en falta ese toque de humor
soterrado que ya os comenté en su anterior novela. No sé si es debido a un
cambio de carácter de Puck, parece más madura y desengañada, o debido a que ese
toque de humor lo aportaba el personaje del padre de Puck, que en esta ocasión
no aparece. Lástima, en mi opinión, eso le resta puntos.
Volvemos a encontrarnos con un asesinato y una
investigación para resolverlo. Las
pistas y datos que se aportan en la novela son un tanto confusos; coartadas,
lapsos de tiempo en que no se sabe qué hacen los personajes… no sé, quizá datos
demasiado superficiales y embarullados como para que puedas llegar a descubrir
al asesino. Ocurre como os comentaba en la anterior novela, las pistas son
demasiado superficiales o tienes que estar demasiado atento a ellas. Tantos
cruces de horas, dónde ha estado no sé quién a qué horas, qué ha hecho Fulanito
en este intervalo… hace que al final pierdas interés.
Einar, el marido de Puck, y Christer Wijk salen poquísimo
en la obra, casi al final. Todo el peso lo lleva Puck, que está centrada en
otra cosa (no quiero comentarlo para no hacer spoiler), pero no me ha gustado mucho este cambio de Puck.
Creo que nos falta información, supongo que aportada en los libros que hay
entremedias de estos dos, para que podamos comprenderla.
No conseguí descubrir al asesino. Tampoco me pareció muy
convincente que fuera quién fue. No hay ni una sola mención a ello en la
novela, ni la más mínima pista. Al final de la obra te aportan el móvil, pero
claro, me parece un recurso muy facilón decirlo al final. Es más complicado ir
aportando migajas de información para que puedas ir descubriéndolo durante la
lectura. Cuando llegué al final me quedé chafada, porque nada en la novela indicaba
o daba la menor pista de que fuera ese personaje (se supone que siempre es
mejor que sea quién menos te lo esperas, pero es que en este caso no había
nada, NADA, que llevara a pensar en él). A ver, es verdad que una vez leída la resolución
del caso, que es realizada por Christer Wijk, consigues ver la conexión de las
pistas, pero son tan leves, hiladas tan fino, que no ves una conexión real. Y
el móvil del asesino una vez conocidas ciertas circunstancias puede ser lógico
y coherente.
En definitiva creo que
perdió su originalidad al excluir esa ironía que le daba el personaje de
Puck en Un cadáver en el jardín. Es
una obra que pasa sin pena ni gloria.