Cartas sobre la mesa / Agatha Christie. — Barcelona : Ediciones Molino, 1994. — (Selecciones de Biblioteca de Oro, 122). — 237 p. ; 18 cm.
He cogido carrerilla
y parece que estoy en racha os traigo, nuevamente, una de las novelas de la
querida Dama del Crimen.
Sinopsis oficial:
El señor Shaitana es famoso como anfitrión de sus fiestas. Sin embargo, se trata de un hombre del que todos desconfían. Así, cuando expone a Poirot su teoría sobre el asesinato como forma de arte, el detective tiene sus reservas sobre aceptar la invitación para ver la colección privada de Shaitana.
Convocado con otros tres criminólogos y cuatro supuestos asesinos, inician tras la cena una partida de bridge. Pero al final de la partida descubren que el anfitrión ha sido asesinado por uno de sus invitados.
Si bien el número de sospechosos es limitado (sólo cuatro) y una de las pistas es entender y analizar el registro del desarrollo del juego de naipes, para determinar el momento que fue asesinado y obviamente al asesino, el desarrollo de la historia es conducida magistralmente llevando a falsas pistas y sorprendiendo en el final.
Impresión personal:
En esta ocasión nos
vamos a encontrar con Poirot y otros tres “sabuesos” más. Personajes que
son protagonistas en otras novelas de Agatha que se van a reunir aquí para
resolver un crimen. Y es que el señor Shaitana es un coleccionista de cosas
raras y una de las que le gusta presumir es de coleccionar “asesinos”.
Dice conocer a unos cuantos de ellos. Personas que han realizado el asesinato
perfecto porque, evidentemente, no han sido descubiertos.
Así que una noche reúne en una cena a cuatro asesinos y cuatro detectives o personas relacionadas con la ley. Y gracias a ello veremos juntos a Poirot con el inspector Battle (al que ya hemos visto en alguna novela anterior), el coronel Race, que hizo su aparición en El hombre del traje color castaño y Ariadne Oliver, que no es un sabueso profesional sino más bien ficticio, ya que es una escritora de novelas policiacas, alter ego de la misma Agatha.
Esta es la
primera vez que Ariadne sale en una novela larga, ya que la conocimos en uno
de los relatos de Parker Pyne investiga.
Cuando Agatha
escribió esta novela rondaba los cuarenta y cinco años, más o menos, y su
querida Ariadne aparece descrita en esta novela como “una mujer
agradable, de mediana edad, que vestía con elegancia, aunque de forma bastante desaliñada.
Tenía ojos bonitos, hombros erguidos y una gran cantidad de pelo gris… “ ¿Os suena de algo?
Gracias al uso de
Ariadne veremos opiniones de la autora sobre la labor de escritor de novelas
policiacas. Ariadne lamenta haber hecho finlandés a su detective, ¿otro guiño
de la autora? ¿nos da pistas de su “cansancio” de Poirot?
Poirot conoce personalmente
a Battle y a Ariadne, a la que fue presentada en una “comida literaria”, pero
al coronel Race no le conoce personalmente, aunque sí conoce su fama.
En esta novela encontraremos
curiosidades como el nombre de un par de novelas de la propia autora. Le
hace comentar a uno de los personajes que le ha gustado mucho la novela de Ariadne
Oliver Un cadáver en la biblioteca (novela que Agatha todavía no ha
escrito y que lo hará seis años después, ¿le gustó el título y lo reutilizó
o ya estaba madurando la novela, aunque tardara años en escribirla?
Curiosidades que, a mí, personalmente me chiflan). El mismo personaje llega a
comentar que sabe que Poirot ha resuelto El misterio de la guía de
ferrocarriles, novela escrita por la Christie ese mismo año.
Aunque nos resulta imposible averiguar si antes o después de esta que estamos
analizando.
Pero bueno, dejando curiosidades
aparte, os preguntaréis cuándo os voy a hablar de la novela que tenemos entre
manos. Pues ahí va.
En Cartas sobre
la mesa el asesinato se va a cometer en una habitación en la que únicamente
están los cuatro asesinos y la víctima. Es más o menos un caso de “habitación
cerrada”, ya que no ha entrado nadie que no sean los asesinos, que están
jugando al bridge por cierto.
Este es más un caso
psicológico que material, ya que las pistas que ayudarán a Poirot a
resolverlo van a ser, en su mayoría, el carácter de los propios asesinos
y su forma de ser. Y eso lo averiguará el famoso detective analizando su forma
de jugar al brigde.
Tendrán, como os decía, que desenterrar el pasado de estas cuatro personas para averiguar a quién mataron anteriormente y cómo lo hicieron para comprobar el tipo de asesinos que son y si encajan en el perfil del asesino de Shaitana. Cada sabueso se va a ocupar de un asesino, la escritora investigará a la señorita Meredith, Race al mayor Despard, Battle a los otros dos y Poirot se dedicará a interrogar a todos…
En este libro el bridge,
y sus reglas, tienen cierta importancia ya que en un momento del juego uno de
los cuatro jugadores hace de “muerto” y se puede levantar de la mesa, momento que
será aprovechado por el asesino.
Es verdad que si
conoces el bridge disfrutarás más de esta novela, pero a pesar de no conocerlo
se disfruta igual.
Pensé que recordaba
quién era el asesino, pero esta vez según leía Agatha me iba engañando… Me
encanta esta mujer.
Aunque me ha quedado
una reseña más larga de las que suelo hacer, me parecía que debía comentaros
estas curiosidades que se descubren al leer las novelas por orden cronológico.
Espero que os haya gustado descubrirlas…
Y sí, leed la novela,
os gustará.
Año de publicación:
1936
Detective
protagonista: Poirot, acompañado del inspector Battle, el coronel Race y la escritora
Ariadne Oliver.
Narrador:
Omnisciente
Victimas: Sr. Shaitana
/ Sra. Lorrimer
Asesino: el doctor
Roberts
Modus operandi: cuchillada
en el corazón al señor Shaitana, medicamento a la señora Lorrimer
Móvil: ocultar el asesinato
previo en lo que respecta a Shaitana, inculpar a la señora Lorrimer y “quitarse
el muerto de encima”